Una entrada que va sobre vida nocturna parmesana no puede tener imagen. En su caso, podría ser una foto de la Pilotta desierta o de uno de los abuelos que se ven por Strada Garibaldi en bicicleta (incluso nos adelantan y dejan la imagen de nuestra salud muy mermada). Fueri da qui c´è tutto. La Erasmus en Parma son los padres que quieren que estudiemos, un negocio bien montado sí señor. Me los imagino reunidos con el rector de la universidad, con una copa de champagne brindando por habernos engañado y por haber conseguido mandarnos a la reclusión con las letras de los apuntes y de los manuales.
No sé porque en las bibliografias no aparece Primo Levi o Bolaño, lecturas que si acompañarían en las tardes noches de Parma. En su lugar, colocan algún manual de vacas, teorética o programación.
Hemos empezado hablando de vida nocturna y vamos por Bolaño. Con esto os ilustro la alternativa que, aunque no es en absoluto despreciable, al ser única es monopolizadora. Pardiez, ¿alguien ha pensado en leer a Bolaño ad nauseam? Él se ensalza por comparación.
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